Como psicoterapeuta, ofrezco un espacio seguro y sin juicios donde el paciente se siente cómodo para hablar de sus pensamientos, emociones y experiencias más íntimas. Con el tiempo, he ayudado a que las personas puedan conectarse con aspectos de sí mismas que tal vez no habían visto o comprendido del todo. He aprendido que cada persona tiene un ritmo único, y respeto mucho ese proceso. A veces, los cambios vienen de manera más rápida y otras veces requieren de paciencia, pero siempre confío en la capacidad del ser humano para sanar y encontrar nuevas formas de relacionarse con el mundo y consigo mismo.